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Disculpándose llegó a la cita José Martínez Portero, pues acudió cinco minutos tarde sobre la hora prevista. Su dilatada agenda no le permite disponer de un hueco desahogado para atender a la prensa, pero con nosotros hizo una excepción. Le esperábamos en la entrada de la cooperativa Casur, en la cuál ejerce como presidente. Desde que nos saludamos hasta su oficina, cinco minutos, no más, el teléfono sonó en varias ocasiones. Mientras conversábamos, su celular continuó trabajando. Sin duda, una muestra de su constante actividad, más aún, con el proyecto que encabeza para concentrar la oferta de cinco empresas hortofrutícolas, ‘Unica Group’. Se siente tremendamente orgulloso de ser uno de los artífices del proyecto, hasta tal punto, que prefiere sólo hablar de este asunto.

En estos momentos, su máxima atención se la dedica a ‘Unica’. Considera que Casur, es una empresa con una actividad consolidada y el nuevo proyecto necesita más de su tiempo. Con orgullo explica como comenzó a andar esta cooperativa, y espera que ‘Unica’ sea igual o más productiva. «Casur nació en mis manos, comencé a enviar producto a Barcelona yo solo. A los dos años se me unieron cuatro más, y estuvimos otros dos años. En este tiempo hacia de agricultor, comercial, gerente, de presidente, jefe de almacén, manipulador, cargador… Al tercer año nació Casur con doce socios. Ahora se puede decir que es una realidad, por lo que el proyecto de Unica es lo que acapara ahora mi mayor atención». Los inicios de Unica se van consolidando poco a poco. Con trabas pero con paso firme. «Cuando llamé al gerente me preguntó que empresas estábamos, pero le contesté que no es un proyecto de empresas, sino de personas que reman hacia la misma dirección para llegar al mismo lugar».

Ahora deben consensuar una norma común, en un principio lo más sencilla posible, pero que con el paso del tiempo «buscaremos la perfección, aunque no exista». Tienen previsto que las normas básicas estén elaboradas en treinta días, pues «tenemos que comenzar ya a funcionar unidos». De momento han suprimido el 50% de las variedades con las que contaban en cada producto. «Además, hay otros aspectos que hay que tratar entre todos, y «créeme que nos es fácil». Las prioritarias, aquellas que van ligadas a la producción «son las que nos tienen en estos momentos ocupados».

Asegura que el nacimiento de ‘Unica Group’ no llegó a peligrar, pero desde que comenzó hace dos años, atravesó periodos en los que estuvo desaparecido. «Comenzamos a reunirnos dieciséis empresas, de las que al final quedamos sólo dos: Cabasc y Casur. Por otro lado, Ferva fue la siguiente en unirse. Finalmente, Cohorsan y Ejidomar, les pareció un proyecto interesante y manifestaron su intención de formar parte de él».

Después de dejar la presidencia de Coexphal y Hortyfruta, la concentración de la oferta del sector hortofrutícola se ha convertido en el máximo objetivo de este hombre que un día tuvo que dejar su pueblo, Abrucena, a muy pesar suyo. «Yo no me fui, me tuve que marchar, como dice una canción que ahora no recuerdo el autor ni su interprete, pero todos los fines de semana intento ir para allá, a un cortijo que tengo heredado». Nos cuenta que su padre se marchó para Almería siendo él un niño. «Llegó para trabajar en una finca a medias, después compró su finca, la cuál heredé, así que ese fue mi inicio en el sector hortofrutícola. Más tarde compré otra, y posteriormente otra , lo que se convirtió en el origen de Casur SCA. Hace ya diez años, que dejó de trabajar en la finca. «Gracias a que mi mujer es muy trabajadora y mi hijo, por su puesto también, la finca sale adelante con éxito». Al nombrar a su hijo no puede evitar comentar que «hace poco mi hijo me ha hecho abuelo». Un acontecimiento que, sin duda, ha significado mucho para José Martínez.

Recuerdos

Tiene buenos recuerdos de su niñez, cuando vivía en Abrucena. «De mi pueblo recuerdo todo muy bonito. Los niños estábamos todo el día en la calle, sin ningún peligro, pero eran también otros tiempos, más duros claro». José insiste en que le hubiera gustado seguir en su pueblo toda su vida, aunque es consciente de que su trayectoria no habría sido la misma. «Yo nunca quise abandonar mi pueblo, para mi todo era bueno, pero ahora comprendo que si no hubiese salido de allí mi vida hubiera sido de otra forma. Cuando me retire, sin duda, pasaré más tiempo allí. No me instalaré, porque mi mujer no es de allí y mis hijos ya están aquí ubicados». Su fe por sus raíces, le han hecho estar en contacto con su gente, con sus amigos… En ocasiones encontraba el obstáculo en su mujer que se sentía sola cuando los fines de semana viajaban hasta el interior almeriense. Su hijo, era una gran aliado, pues lograba que la madre accediese a ir al pueblo. «A mí me para mucho la gente, tengo muchos amigos y, como son las costumbres de los pueblos, nos reunimos todos, y mi mujer, a veces pasaba tiempo sola, aunque a ella también le gusta mucho estar allí».

Trabajo

El sector hortofrutícola cuenta con muchas debilidades, pero también con muchas virtudes y fortalezas. No obstante, «hay mucho trabajo que hacer». Una visión la de José Martínez que coincide con el 99% de los agentes que componen este colectivo. No sabe que imagen tiene el sector hortofrutícola de él. Cuando se le pregunta por esta cuestión, el contesta que no lo sabe, pero que sí tiene un concepto claro de la imagen que él tiene del sector, la cuál es tan compleja que le sería muy difícil resumirla en poco tiempo. No obstante, nos dice que hay muchas cosas que cambiar, pero que «hay que querer, y no veo predisposición». En relación a la concentración de la oferta, cree que se está moviendo, y «espero que todos tengamos éxito». «Pienso que los presidentes de las empresas no se si realmente ejercen de presidentes, porque para mí deberían ser como un padre para sus hijos, no deben dejar hacer a los socios lo que quieran con tal de guardar su sillón, sino que debe de ‘regañarles’ si la ocasión lo pide, aunque pierda el beneplácito de los socios. A los presidentes les importa más su sillón que la empresa y a mí me molesta».

La Interprofesional, cuenta con un lugar privilegiado entre sus logros. «Tuve mucho que ver en su constitución». Aunque asegura que no fue una decepción, reconoce que esperaba mucho más de esta organización. «Mis expectativas eran más altas, creía que se podía hacer más de lo que se puede hacer». De todas formas, Hortyfruta «tendrá más fuerza mañana, para ello hay que trabajar mucho». Pero él, aunque también aporte, tiene ahora otras metas.

Fuente: Ideal