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En la actualidad uno de los peores hábitos que debemos corregir es el consumo de productos industrializados. Uno de los aditivos más populares y polémicos que se utiliza es es el glutamato monosódico, es una sal utilizada como potenciador del sabor en muchos alimentos, en los cuales lo podemos ver disfrazado como aditivo E-621, y también, puede denominarse como GMS, sal china, umami, o quinto sabor.

Se obtiene por fermentación bacteriana de azúcares residuales de origen vegetal o animal. Se utiliza como sustituto de la sal. El consumo de este aditivo invita a seguir comiendo y se asocia popularmente con la mala comida. China el mayor productor mundial y consumidor de este aditivo. También se califica como Glutamato Sódico, Proteína Hidrolizada o Extracto de Levadura.

Se encuentra en diferentes alimentos procesados, sobre todo, en caldos y sopas envasadas o en productos salados congelados, pues combinado con otros ingredientes potencia y acentúa el sabor incrementando la palatabilidad de los mismos.

Gran aliado para la industria alimentaria por estos motivos, sin embargo no podemos eludir los posibles efectos adversos que puede presentar el uso de
este aditivo.

Puede afectar nuestro cerebro, causando una disminución en la acción de la hormona leptina, que reduce el apetito e interviene en el control del peso corporal, daños neurológicos, obesidad y esterilidad femenina, así como alteraciones de diferentes órganos asociados a la función endócrina.