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Existe una nueva tendencia en Europa, los platos clásicos reinventados. Por ejemplo, perritos calientes o Dogless Hotdog’, hecho con zanahorias baby deshidratadas y glaseadas, ketchup de remolacha y berries, crema de cúrcuma y mostaza, cebollas asadas, pepino y una mezcla de hierbas. El pan está hecho con espirulina: una microalga.

Los platos no solo deben ser saludables o sostenibles. Deben ser deliciosos, también. Para cambiar la opinión de las personas sobre los alimentos, para inspirarlos a probar nuevos ingredientes, no se puede apelar al intelecto, hay que estimular sus papilas gustativas. Y la base fundamental de esta tendencia son las hortalizas y verduras.